Comenzaron las clases para estudiantes de UPRA
por Zahiryn Y. Vélez Hernández
La estudiante Valeria Quiles, también de Comunicación,
pintó un escenario mixto. “Es difícil”, dijo. “Estoy envuelta en actividades
sociales, como organizaciones ambientales, y a la vez tengo clases fuertes. No
le dedico mucho tiempo a mi familia y en verdad me afecta”. A pesar de esto,
opinó estar contenta con estar de vuelta en la Universidad.
por Zahiryn Y. Vélez Hernández
El pasado viernes, 9 de agosto, se acabaron las
vacaciones para los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo
(UPRA). El recinto se llenó de alumnos y el bullicio hizo eco a través del
campus. Iniciaron las clases, y con ellas una interrogante: ¿es posible balancear
la vida privada con los estudios? Las respuestas fueron variadas.
Los estudiantes de la Universidad utilizan la Plazoleta en su tiempo libre (Foto: Z. Vélez). |
En un sondeo realizado a 60 estudiantes de la UPRA 42
contestaron tener dificultades a la hora de dividir su tiempo entre los
estudios y sus compromisos personales—pasatiempos, parejas, trabajos, hijos,
actividades extra-curriculares, entre muchas otras cosas. Christopher
Guadalupe, del Departamento de Educación, fue uno de ellos. “Siempre dejo algo on-hold”, expresó. Al dividir el tiempo
entre su pareja y las seis clases que toma este semestre, siente que las horas
no le dan.
“Es cuestión de
organizarse”, comentó, por su parte, Wilfredo Hernández, quien cursa su cuarto
año y es estudiante del Departamento de Comunicación (COMU). “Prefiero las
vacaciones, pero no me parece difícil dividir mi tiempo. Lo primero que tengo
que hacer es trazar una raya entre ambos mundos”. Afirmó que al hacer esto, lo
demás “se vuelve fácil”. Tras una pausa, añadió que entiende que para otros no
lo sea. “Todo tiene que ver con cuales son las prioridades de las personas. Las
mías son: Dios, la Iglesia, mi familia, mis amigos, mi arte, y entonces mis
estudios”.
“Lamentablemente, los estudios van primero”, contestó
Melissa Vázquez, del Departamento de Enfermería. “Mis seres queridos son
importantes, pero ellos entienden que tengo que mantener el promedio para no
caer en probatoria. Yo no podría estudiar, si me quitan la beca.” El horario de
Vázquez, quien estudia y trabaja en el recinto, es de 7:00 a.m a 6:00 p.m., de
lunes a jueves. “Cuando llego a casa ya es de noche—y casi no me da tiempo para
cocinar, por estar estudiando y haciendo asignaciones”.
El sondeo se realizó entre 60 estudiantes de UPRA (Gráfica: Z. Vélez). |
Otra estudiante de COMU, Stephanie Hernández, compartió
cómo balancea su agenda: “El tiempo libre que tengo en la universidad lo
utilizo para adelantar tareas, cosa de que en el fin de semana o durante la
semana misma tenga tiempo libre para compartir con ellos [su familia], pero
solo si logro adelantar las tareas”.